La hipnosis: el primer salto de fe
- chio0405
- 14 oct
- 2 Min. de lectura
Durante mucho tiempo, la palabra hipnosis ha estado rodeada de mitos, miedos y malentendidos. Para muchos, evoca imágenes de espectáculos, relojes que se balancean, o personas que pierden el control bajo la influencia de alguien más. Estos paradigmas —alimentados por el entretenimiento, la superstición y la charlatanería— distorsionaron la verdadera esencia de una práctica profundamente humana: el poder de la mente para acceder a sus propios recursos internos.
Sin embargo, mucho antes de que la hipnosis fuera malinterpretada, las culturas ancestrales ya comprendían el valor sagrado de los estados ampliados de conciencia. Desde los cantos chamánicos hasta los rituales de sanación egipcios o las ceremonias de meditación en Oriente, se reconocía que el ser humano podía entrar en estados más profundos del ser para sanar, liberar y reconectarse con su alma. Estas prácticas eran actos de respeto hacia la mente y el espíritu, no herramientas de manipulación, sino de autoconocimiento y transformación.
Hoy, la ciencia psicológica ha devuelto a la hipnosis su lugar legítimo. De acuerdo con la British Psychological Society, la hipnosis es “un estado de atención focalizada y aumento de la sugestionabilidad, acompañado de cambios en la percepción, la memoria y la conciencia”. En otras palabras, es una vía natural hacia la mente subconsciente, donde se alojan nuestras creencias, emociones y patrones más profundos. Lejos de ser algo misterioso, la hipnosis es una herramienta terapéutica reconocida y eficaz para generar cambios duraderos y positivos.
Atreverse a experimentar la hipnosis es, en muchos sentidos, dar un salto de fe hacia uno mismo. Es abrir la puerta a un espacio interior donde habita tu poder personal, tu sabiduría y tu capacidad de sanar. Porque cuando confías en ti, la mente deja de ser un laberinto y se convierte en un camino de regreso a casa.
¿Estás listo para emprender ese viaje interior? La hipnosis no te transforma: te recuerda quién eres realmente. 🌿
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